Predicando con el ejemplo.
Analizamos nuestra propia marca.
La primera crítica creativa va para nuestra propia marca. Cuando acabes de leer este artículo pensarás que somos unos genios o unos caraduras. Cualquiera de estas dos actitudes nos parecen esenciales para impresionar al público y que nuestras marcas conquisten un espacio propio en la mente de los consumidores.
EL NAMING
Desconfíen de los creativos, el 99,9% de nosotros creamos alrededor de una mesa llena de hojas desorganizadas manchadas de tinta, café y restos de lo que algún día fué comida. Como a Picasso, la inspiración siempre nos pilla trabajando, aunque en este caso, llegó con retraso y estábamos ya en el bar de siempre tomando unas cervezas. Como tantas otras veces, comenzamos un brainstorming de forma espontánea, en parte para buscar un buen nombre para la agencia y en parte simplemente para pasar un buen rato. La suerte suele ser una mezcla de esfuerzo y planificación, pero además siempre hay un componente de azar, de creatividad impredecible, que en este caso llegó para quedarse y de repente alguien dijo: «Que Viene el Logo».
Cualquiera que escucha este nombre, lo asocia inmediatamente con la fábula de Esopo del pastor que cuidaba las ovejas y se divertía engañando a los vecinos de la aldea gritando «¡que viene el lobo! ¡que viene el lobo!», hasta el día en que realmente llegó el lobo y nadie le hizo caso por considerarlo un mentiroso. Moraleja: «nadie cree a un mentiroso, incluso cuando dice la verdad». Hubo intensos debates para decidir quién era quién en esta historia. ¿Éramos nosotros el lobo que llegaba a comerse a las ovejas (los clientes)? ¿Éramos el pastor que vigilaba las ovejas (las marcas) contra la amenaza del lobo (el descuido de los clientes)? ¿Éramos nosotros el pueblo, la solución al problema del vicio del pastor mentiroso, que ponía en riesgo a las ovejas (las marcas)? Pues bien, podríamos haber defendido con éxito cualquiera de estas opciones, pero finalmente decidimos que nosotros en realidad éramos el narrador. Creamos historias, reproducimos escenarios, colocamos a los personajes en su sitio, construimos relaciones entre ellos y gritamos «¡acción!». Entendemos el branding como la construcción de historias que les van sucediendo a los productos de nuestros clientes a lo largo de su vida y su relación respecto a los consumidores. «Que Viene el Logo» nos identifica como contadores de historias, pero hay mucho más detrás de esta marca.
EL LOGO
Desde el principio teníamos claro que, como creadores de historias, de conceptos que luego traducimos a formas, colores, sonidos, etc. nuestro logotipo debía ser esencialmente tipográfico, basado en palabras. Sabemos que los mejores conceptos, las mejores ideas y proyectos, comienzan siempre con papel y lápiz. El primer paso de nuestra metodología de proyecto es precisamente pensar, hablar y escribir. La palabra, en definitiva el discurso, son los cimientos de una buena estrategia de branding y por eso nosotros nos representamos gráficamente así. Tras experimentar con diferentes tipografías y composiciones, elegimos Jenna Sue, con un estilo caligráfico «casual», como punto de partida para adaptarla hasta llegar a nuestro actual logotipo.
SIMBOLISMO
En nuestro naming, la asociación de las palabras «logo» y «lobo» es automática. Para reforzar esta asociación de ideas, hemos utilizado la propia tipografía para simular las dos orejas del lobo levantadas en posición vertical, de vigilancia. Así el propio naming sirve como base para crear un grafismo que utilizaremos como estandarte de nuestra marca, como el icono representativo de nuestra identidad.
COLOR
Elegimos un color naranja intenso inspirado en el color Tarengine Tango creado en 2012 por Pantone. Buscábamos un color brillante, intenso, ácido, cálido, con mucha personalidad y que nos permitiese crear una imagen de marca llena de contrastes junto a los atemporales blanco y negro.